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Aprender jugando, desde los primeros años
Cada vez son más las guarderías en Andalucía que integran el inglés en su propuesta educativa, y no es casualidad. La primera infancia es una etapa clave en el desarrollo lingüístico y cognitivo, y aprovechar este momento para introducir un segundo idioma como el inglés puede marcar una gran diferencia a largo plazo.
🧠 ¿Por qué empezar tan pronto?
Durante los primeros años de vida, el cerebro infantil tiene una plasticidad extraordinaria. Esto significa que es mucho más receptivo a adquirir nuevos sonidos, estructuras gramaticales y vocabulario, incluso de lenguas distintas a la materna. Aprender inglés desde pequeños no implica confusión, sino todo lo contrario: estimula la capacidad de atención, memoria y flexibilidad mental.
🎵 Inglés como parte del juego
En las guarderías, el enfoque no es académico, sino lúdico. A través de canciones, juegos, cuentos y rutinas cotidianas en inglés, los niños y niñas se familiarizan con el idioma de manera natural y divertida. No se trata de traducir, sino de vivir el inglés en contextos reales y significativos.
🌍 Ventaja para el futuro
Dominar un segundo idioma desde la infancia abre puertas a nivel educativo, cultural y profesional. Pero más allá de lo práctico, el inglés en la guardería también fomenta el respeto por la diversidad, el interés por otras culturas y una mente abierta desde edades tempranas.
👨👩👧 ¿Y si no hablamos inglés en casa?
No es necesario que los padres dominen el idioma. Lo importante es apoyar el proceso, celebrar los avances y mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje. Muchas guarderías también ofrecen recursos o actividades para reforzar en casa lo aprendido, sin presión ni exigencias.
✅ ¿Qué buscar en una guardería con inglés?
- Que el inglés esté integrado en el día a día, no solo como una clase aislada.
- Profesionales con formación en enseñanza bilingüe o metodología infantil en inglés.
- Actividades basadas en el juego, la música y la repetición.
- Comunicación clara con las familias sobre objetivos y métodos.
Las clases de inglés en la guardería no buscan formar traductores ni hablantes perfectos, sino sembrar una base sólida para el aprendizaje futuro. A través del juego, la música y la repetición, los niños y niñas desarrollan oído, confianza y familiaridad con el idioma sin esfuerzo. Una inversión temprana que puede marcar una gran diferencia.